Los ingredientes naturales en el sector de la cosmética han tenido un uso muy longevo en la cosmética, ya en el año 10.000 a. C se usaban macerados y ungüentos para suavizar la piel y enmascarar el olor corporal. Así mismo, esta tendencia ha aumentado considerablemente en los últimos años, gracias a un creciente interés de los consumidores en la salud y el bienestar, así como en productos orgánicos.
Sin embargo, en muchas ocasiones están lejos de ser inocuas o de simplemente no causar efecto alguno. Ten en cuenta que muchos medicamentos se extraen de hierbas, así como algunos venenos también.
Las plantas pueden aportar beneficios variados, médicos y cosméticos, pero es importante conocer sus propiedades y características, el origen, su entorno, el uso o no de pesticidas, su extracción que puede ser al agua o con solventes como acetona (que es la más común para la extracción de aceites esenciales), la seguridad y la estandarización, entre otros.
También el cómo se lo activa con otros tratamientos, si es un producto “leave in” (de dejar) o “wash off” (de retirar), la forma de penetración, la rutina de uso (no es lo mismo colocar un poco de producto sobre una piel limpia y exfoliada que sobre una piel no tratada previamente); la frecuencia, etc, etc.
Así mismo, la formulación es importante porque la cantidad del principio activo, es la clave de su eficacia (no por poner más quiere decir que va a funcionar o tener un mejor resultado), a veces la concentración en poca cantidad ya es efectiva.
En conclusión, cuando se trata de productos de cosmética natural, ingredientes botánicos definitivamente SÍ, de forma correctamente aplicada y no cualquiera.